top of page

Un mundo desconocido. Carta a mi perro, Köda.



A mi amado Köda:


Mi amor, ahora mismo, escribiendo esto, siento como si estuviera sola, caminando en un mundo desconocido. La soledad es devastadora, y se siente como si hubieran pasado tantos años desde que te fuiste, que es como si la vida en la Tierra como la conocía contigo, no existiera ya. Como si poder sentirse amado, de la manera que me lo hacías sentir tú, perteneciera a un pasado lejano.

Me siento terriblemente sola y perdida sin tí.


Agatha me dijo, que llegaría a este lugar algún día. Un lugar donde a raíz de algo, todo cambia, y nada vuelve a ser igual.

Ella le llamó "el punto de inflexión", pero este punto, se siente oscuro, extraño, y da mucho miedo. Es como si caminara hacia una tormenta con niebla que me impide ver hacia donde me dirijo, pero de la que no puedo refugiarme, pues está sucediendo dentro de mí.


Nadie nos prepara para la tristeza, el enfado, el estrés y el dolor tan inmenso que supone la pérdida de un ser querido a quien amamos tantísimo… Se siente como si alguien hubiera abierto la caja de Pandora en mi interior, y hubiera liberado todos los males que contenía y todo el dolor del mundo, dentro de mí. Como si nada pudiera devolverme de nuevo la esperanza, y la paz.


Fue tal el dolor que experimentó mi corazón al dejarte ir, que sufrí un shock. Dicen que un shock es una reacción muy intensa en forma de crisis, desencadenada por un hecho traumático e inesperado al que no podemos adaptarnos.


Por mucho que llevara algo más de un año tratando de asimilar que llegaría el momento en el que tendríamos que separarnos, ese día algo dentro de mí se rompió; se separó de su lugar y dejó un espacio irreemplazable y un dolor que desgarra, que aprieta, y que se extiende por el cuerpo. Un dolor que sólo serías capaz de calmar tú con el amor que me dabas. Ese amor que todo lo podía.


Me dormí acariciándote y abrazada a tu cuerpo esa noche.

Yo aún necesitaba sentirte conmigo. No estaba lista para tu ausencia, ni para la soledad y la oscuridad que vendrían con ella.

Lo único que sí sabía es que dolía todo menos estando abrazada a tí. Como fue siempre. Todo dolía menos cuando estabas tú.


La oscuridad como la conocía, siempre fue distinta a esta. Era muy distinto cuando tu amor me acompañaba y me iluminaba.



Hice esta foto con el móvil en uno de nuestros paseos nocturnos por el bosque este último año.


Sé que te preguntabas qué hacía aquel día colocando el móvil en aquella rama, colocándome delante tuyo, mirándote, sonriéndote, y diciéndote "espera eh, quieto..." Tú me mirabas con cara de no entender qué hacía, pero con esa dulzura e inocencia que siempre te ha caracterizado. Pues verás bebé, es que necesitaba congelar para siempre esta imagen aunque fuera con la mala calidad de mi móvil, porque así era como yo veía tu luz. Así es como sentía yo tu amor guiándome en las noches oscuras. Cual estrella capaz de alumbrar y dar calor a un planeta entero. Mi planeta.


Tú eras mi razón de despertar cada mañana cuando me dabas los buenos días antes que nadie. Adoraba cuando me despertaba y veía tu carita mirándome y moviendo la cola como si hubieras esperado una eternidad a que despertara. Pero siempre al ir a cerrar los ojos y al abrirlos, ahí estabas tú y tu luz. Más cálida, más brillante y más necesaria para mí que el propio sol. La única luz capaz de iluminar la noche más oscura.




Todas las mañanas después de darnos los buenos días, te ponías a hacer el tonto y siempre lograbas sacarme una sonrisa y hacerme reír. No importaba cómo. Retozando en el sofá, con la pelota, o dando un salto a la cama para tumbarte conmigo a dormir un ratito. Yo te hablaba con esa voz infantil que sabías que ponía para tí, y a tí se te ponía esa cara de cachorro feliz.


Después de nuestro ritual, te abría para que salieras a hacer un pipí al jardín y a darte tu vuelta mañanera por la casa. Y entonces, un ratito después de la patrulla,. venías y picabas a la puerta con la mirada ilusionada esperando a que me asomara y te hiciera esa pregunta tan tuya, y tan nuestra...


"¿Vamos a dar un paseo?"



Entonces se te iluminaba la cara, y a mí el corazón.


Empezabas a dar saltitos, a dar estornuditos de felicidad, a lloriquear, a ladrar, o ibas a por tu pelota y te ponías a hacerla pitar bien fuerte de la emoción. Mirabas hacia la puerta de la calle y salías disparado escaleras abajo con tus hermanas, o junto a cualquiera de tus amiguitos que a veces se quedaban con nosotros en casa.


Te ponía tu arnés mientras tú siempre colaborabas levantando las patitas para hacérmelo más fácil. Te miraba y tus ojitos brillaban y tu carita sonreía esperando a que la puerta de la calle se abriera.

Había llegado el momento del día que más ilusión te hacía.


Qué fácil ha sido siempre hacerte feliz, mi bebé.





¿Y cuando me observabas preparar la mochila y sabías que se venía una nueva aventura? Creo que no había nada que no lo hicieras parecer mucho más increíble de lo que era. Pero tú me enseñaste lo que era el sentirse inmensamente feliz a partir de hacer feliz a alguien. Esa felicidad, ese amor, es el amor más puro y más real que he conocido jamás.


Te encantaban mis bailes y los "trucos de magia" que te hacía con la pelota. Y yo adoraba los ojitos que ponías cuando me veías hacerlos.. La verdadera magia sucedía ahí, era lo que me hacías sentir a mí cuando me mirabas como si fuera una auténtica ilusionista que hacía aparecer y desaparecer la pelota de mis manos ante tus ojos. A ojos de cualquier humano yo sólo era una persona haciendo un truco barato con una pelota de tenis mientras sonreía inevitablemente al ver el brillo de tus ojitos buscándola entre mis manos y por detrás mío, mientras movías tu cola emocionado por descubrir dónde la había escondido.


Tú me veías diferente, me hacías sentir que era mucho más que eso. Me hacías especial, rica, y capaz de lograr cualquier cosa. Tú eras sin duda el mayor tesoro que tenía en este mundo.




¿Recuerdas cuando librabas esas "batallas greco-romanas" (como nos gusta llamarlas a mí y a mi madre) contra Dalia, o quien fuera, por la trenza, la pelota o por un peluche? Clavabas tus ojos en mí esperando que te ayudara a ganar solo mirándote y dándote ánimos. Eso siempre te daba la fuerza necesaria para poder luchar mejor y ganar cada batalla.


Pues eso, me sucedía también a mí. Tú me dabas el poder para ver los días más bonitos de lo que muchas veces eran, para apreciar las pequeñas cosas simples de la vida, y me dabas la fuerza para librar cualquier batalla.

Tu amor era sin duda mi superpoder.


Sin tí ahora soy una simple humana, en un mundo en el que extraño algo demasiado imprescindible, y librando una batalla que me está costando muchísimo librar sola.


Hay días y momentos en los que sólo me quiero rendir y dejar de luchar. Me abandono al dolor y dejo que se apodere de mí y de todo mi cuerpo. Me encierro con llave donde nadie puede oírme, y le permito a la tristeza apretarme, apuñalarme el pecho y asfixiarme con tu ausencia.

Duele mucho, pero ese dolor me mantiene viva y consciente de que mi amor por tí ha sido y sigue siendo tan grande, que es implacable. A veces, creo que simplemente debemos de aceptar que el amor es más grande y más fuerte de lo que imaginaremos jamás.


Sé que tu sigues cuidando de mí, solo que ahora lo haces de otra forma, desde otro lugar. Me has estado mandando señales para que te siga sintiendo, y eso es lo que me permite seguir adelante.


Llevaba tanto sin llover... Sé que me enviaste esa lluvia que vino después y que sabes que tanto nos gustaba y tanto la necesitábamos este verano…

Una lluvia que acariciaría mi piel y regaría las flores que planté para tí. Junto a uno de los atardeceres más hermosos que he visto en mucho tiempo.



Esta es la flor que escogí. La flor de una preciosa Zinnia. Esta planta y yo nos encontramos por casualidad pero me llamó mucho la atención. Luego descubrí que su flor tiene un significado especial. Simboliza el recuerdo de los momentos pasados. ¿Y sabes qué, bebé? A las mariposas les encanta.


Las mariposas son consideradas por muchas culturas, entes capaces de volar entre el mundo de la vida, y el de después de la vida. Y unos días antes de separarnos, una mariposa vino a nosotros con las alas algo magulladas, como si tratara de decirnos algo.




Tuve una sensación extrañamente triste ese día. Pero le agradecí a la mariposa aquella visita. Por la belleza del momento, por el recuerdo de tu mirada observándola, por el mensaje tan claro que nos trajo de que la vida es preciosa pero efímera, y la muerte a veces, como la conocemos, es silenciosa, como las alas de una mariposa.


La vida es preciosa pero efímera, y la muerte a veces, es silenciosa, como las alas de una mariposa

Esta sería la última vez que mis manos te tocarían aquí en la tierra....




Cuando nos separamos después de aquella última caricia, me pasó algo que no me había pasado nunca antes.




Empecé a sentir como mi mano palpitaba como si tuviera un corazón dentro. En ese momento lo sentí como algo triste, pero a la vez, también mágico. Como si una parte de mi corazón y una parte del tuyo se hubieran quedado en esa última caricia, como si nuestro corazón fuera energía, pues la energía nunca muere, sino que se transforma. Vive una especie de metamorfosis, como la que viven las mariposas.


Sé que en el cielo volveré a acariciarte, que nos reencontraremos y que no nos separaremos nunca más en toda la eternidad, mi eterno cachorrito...

Pero ha pasado algo más de un mes desde que mis manos te acariciaron por última vez, y desde el momento en el que me despedí de tí, todo se ha resumido a una búsqueda constante de consolar y engañar a mi corazón para que no se muera de pena por no poder abrazarte.




Desde entonces he dormido casi todos los días abrazada al peluche que se parece a tí y que lleva tantos años con nosotros, ese peluche al que apodé "Mini Köda"



Abrazarlo es una forma de engañar a mi corazón y hacerle sentir que sigues ahí, esperando a que coja el sueño estando en paz, sintiendo que estás tú físicamente a mi lado mientras te abrazo, esperando a que me quede dormida deseando encontrarme contigo por la mañana.


No sabes mi amor, lo que supuso para mí el día, en el que tuve que ser yo la que se mantenía despierta mientras mi perro, mi mejor amigo, mi hermano, mi hijo.. se dormía, siendo consciente de que ya ninguna mañana, volvería a ser igual jamás.



Cuando se cumplía una semana, recuerdo que yo no quería que llegara de nuevo esa noche del fin de semana para volver a revivirla... Pero entonces apareció este arcoíris.


Era sin duda el arcoíris más hermoso que había visto nunca, y emergió así de increíble encima de casa de los papas. Era tan bello...

Lástima que la foto con el móvil no le haga justicia, pero era un arcoíris cuyo arco y colores llenaron de magia casa de los papas.


Pudo verse desde muchos lugares, y muchas personas incluso lo compartieron en sus redes de lo bonito que era. Pero es que aquí, en casa de los papas, no sólo se veía precioso, sino que se sentía especial. Tan cerca que parecía que el horizonte entre el cielo y la tierra estaba ahí mismo. Ante nuestros ojos.


Recuerdo cómo mi padre vino corriendo a decirme que me asomara a la ventana para verlo.

Me levanté de la mesa a medio cenar, y salí fuera bajo la lluvia a contemplarlo.

En ese momento, mientras la lluvia caía sobre mi pelo y mi piel, sentí que ya habías cruzado el puente. Ese puente del que hablaba Clyne-Rekhy cuando lloraba la pérdida de su amado perro, “Major”.


Decía así el relato que escribió Clyne-Rekhy:


"A este lado del cielo hay un lugar llamado Puente del Arcoíris. Cuando muere un animal que ha estado especialmente unido a alguien de aquí, su mascota va al Puente del Arcoíris. Hay praderas y colinas para que todos nuestros amigos especiales puedan correr y jugar juntos. Hay mucha comida, agua y sol, y los amigos están calentitos y cómodos. Todos los animales que han estado enfermos y viejos recuperan la salud y la fuerza, los que estaban heridos vuelven a estar mejor y fuertes, como los recordamos antes de que se fueran al cielo. Están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno echa de menos a alguien muy especial que tuvo que dejar atrás. Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno se detiene de repente y mira a lo lejos. Le brillan los ojos y su cuerpo se estremece. De repente empieza a huir de la manada, corriendo sobre la hierba, sus patas le llevan cada vez más rápido, y cuando tú y tu amigo especial por fin os encontráis, os fundís en un abrazo feliz para no volver a separaros nunca más. Tu mascota y tú lloráis. Tus manos vuelven a abrazar su cabeza y tú vuelves a mirar sus ojos confiados, que hace tanto tiempo que se fueron de la vida, pero que nunca han estado ausentes de tu corazón, y entonces cruzáis juntos el Puente del Arcoíris".


Este tiempo me he limitado simplemente a existir, y a permitirme sentir y procesar este duelo llorándote, hablándote, escribiéndote, y acostándome en la misma tierra donde yaces para reequilibrar las cargas eléctricas de mi cuerpo con la energía natural de ese suelo bajo el que descansas.


Pero también pintando lo que siento, poniendo cara al cáncer, a mis pesadillas, y a mi dolor...


Hay días en los que simplemente, me tumbo en la naturaleza, e imagino cómo será cuando nos volvamos a ver.



No conozco el cielo, pero estoy segura de que es un lugar como el de este día de la foto.

Pronto nos volveremos a ver, mi bebé...

Cuida mucho de Romeo y la Nena, y de todos los gatitos... Y sigue apretando fuerte tu pelotita cuando quieras que te oiga y te sienta aquí abajo. Llévala siempre contigo y recíbeme con ella como siempre hacías. Hazla pitar bien fuerte que pueda oírla mientras llego, vale?


Luego vengo, mi bebé. Te quiero muchísimo.


Atentamente,

mami.





*He escrito esta carta a modo de catarsis para ayudarme con mi proceso de duelo tras la muerte de mi perro, que era todo mi mundo. He querido publicarla con el objetivo de poder ayudar a más personas que estén pasando por este doloroso proceso a ver la muerte de una manera menos dolorosa, y para animarlas a hacer el mismo ejercicio de tratar de recordar y dejar escritos los momentos vividos llenos de amor, para que pueden salvarles de la oscuridad.*


Con amor, Gemma


 
 
 

3 Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
Guest
Sep 27, 2023
Rated 5 out of 5 stars.

Gracias por escribir algo tan bonito dedicado a quien es de los tuyos y compartirlo con los demás . me he emocionado mucho y admiro tu forma de expresarte y la manera en que ves las cosas .

tengo a mi otra mitad con cáncer , es un angiosarcoma con extirpación de del bazo tumorado , nos dieron un pronóstico de unos tres meses de vida y vamos por el año increíblemente ,aunque ella se va apagando y es difícil saber que cualquier día marchara ….

Like

Guest
Sep 26, 2023
Rated 5 out of 5 stars.

No tengo palabras para describir lo que tengo en el corazón ahora mismo.


Gracias por mostrarte, por abrirte, tan valiente y preciosa. Gracias por poner palabras a algo tan difícil de explicar, por traer esperanza, luz y color.


Köda está aquí contigo, y está al otro lado del arcoiris, con Casqui 💚


Te quiero muchísimo, Gemma

Like

Guest
Sep 26, 2023
Rated 5 out of 5 stars.

magia, estas son mis palabras al leer tu post! Sin palabras... No he podido evitar derramar las lagrimas mientras lo leía!


t’estimo! Per sempre 🤍


Cousin!

Like
bottom of page